Muchas veces
se hace una pregunta del portero interesante. ¿El portero nace o se hace?
Cada
persona, cada entrenador, cada portero puede exponer sus ideales al respecto,
pero para mí la respuesta es una. NACE y se HACE.
Porque nace?
Al igual que
cualquier jugador de campo, el portero nace
con actitudes que no son entrenables. Se tienen o no se tienen.
Dichas
actitudes son (entre otras):
- · Dotes de mando: colocar al equipo, animarlo, pedir el balón, etc.
- · Jugar adelantado: cuando el equipo se sitúa lejos de la portería, salir fuera del área para la vigilancia defensiva.
- · Protestas: protestas y quejas constantes al árbitro.
Como es
normal, estas actitudes, aunque no sean entrenables, no se dejarán de corregir
en el entrenamiento, teniendo en cuenta la observación del partido del fin de
semana. Aunque prácticamente resulte imposible hacer cambiar la actitud del
portero en ese aspecto (a no ser que el por si solo quiera), no deberíamos dejar
de insistir.
Porque se hace?
El portero
se hace porque todas las cualidades físicas, técnicas y tácticas son
entrenables y/o enseñables.
Un portero
puede aprender/mejorar a hacer (entre otras):
- · Blocajes (frontales, laterales, aéreos)
- · Despejes (con el pie, con los puños)
- · Juego con el pie (controles, pases)
- · Reducciones de ángulos.
- · Salidas en deslizamientos.
- · Saques (con la mano y con el pie)
- · Obtener un buen nivel físico trabajando tanto la fuerza, resistencia como la velocidad.
Esta es mi visión
al respecto sobre este tema.
Obviamente
este artículo va orientado al futbol base. Cualquier portero llegado a nivel
profesional, como es lógico, será poseedor de todo lo mencionado anteriormente,
incluso de otras más.
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