Muchas veces, en mi opinión, se comete el error de querer
automatizar al portero una y otra vez con las acciones técnicas, dándole las
soluciones a las acciones que vamos a realizar durante el entrenamiento y que
pocas veces (muy pocas) tienen sentido de la realidad. Esas soluciones
consisten en establecer de ante mano el lado por el que irá el balón, altura,
etc.
Es cierto que en niños, en etapa de aprendizaje, es
importante dotar al portero del trabajo técnico necesario para realizar cada
uno de los gestos técnicos con la mayor perfección posible, pero muchas veces,
a mí parecer, se trabaja en exceso.
Considero necesario trabajar ciertos automatismos técnicos
en el portero, si, sobre todo en edades tempranas, que es cuando más facilidad
tienen para absorber los conceptos, pero también considero fundamental crear
una simbiosis entre el automatismo de las acciones técnicas con la
incertidumbre, ya que después el portero se encontrará durante los partidos
acciones con incertidumbre, como por ejemplo, y lo más claro, en los disparos.
El portero sabe que generalmente le irán a un lado u otro (también le pueden ir
frontales), pero no sabe de antemano hacia qué lado le irán y/o a qué altura, y
es por eso que si trabajamos durante los entrenamientos la incertidumbre, a
priori, después será capaz de solucionar dificultades con una mayor eficacia,
ya que han sido entrenadas con anterioridad.
Al fin y al cabo, de lo que se trata, es de que el portero,
por si mismo, sepa solucionar los problemas que le puedan surgir, por eso
debemos dejarle la libertad de que el, por si mismo, decida y haga y después
corrijamos el gesto técnico, pero creándole la incertidumbre que después se
encontrará en la realidad del partido.
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