domingo, 15 de febrero de 2015

El portero. ¿Nace o se hace?

Muchas veces se hace una pregunta del portero interesante. ¿El portero nace o se hace?
Cada persona, cada entrenador, cada portero puede exponer sus ideales al respecto, pero para mí la respuesta es una. NACE y se HACE.

Porque nace?

Al igual que cualquier jugador de campo, el portero nace  con actitudes que no son entrenables. Se tienen o no se tienen.

Dichas actitudes son (entre otras):

  • ·        Dotes de mando: colocar al equipo, animarlo, pedir el balón, etc.
  • ·        Jugar adelantado: cuando el equipo se sitúa lejos de la portería, salir fuera del área para la vigilancia defensiva.
  • ·        Protestas: protestas y quejas constantes al árbitro.

Como es normal, estas actitudes, aunque no sean entrenables, no se dejarán de corregir en el entrenamiento, teniendo en cuenta la observación del partido del fin de semana. Aunque prácticamente resulte imposible hacer cambiar la actitud del portero en ese aspecto (a no ser que el por si solo quiera), no deberíamos dejar de insistir.

Porque se hace?

El portero se hace porque todas las cualidades físicas, técnicas y tácticas son entrenables y/o enseñables.

Un portero puede aprender/mejorar a hacer (entre otras):

  • ·        Blocajes (frontales, laterales, aéreos)
  • ·        Despejes (con el pie, con los puños)
  • ·        Juego con el pie (controles, pases)
  • ·        Reducciones de ángulos.
  • ·        Salidas en deslizamientos.
  • ·        Saques (con la mano y con el pie)
  • ·        Obtener un buen nivel físico trabajando tanto la fuerza, resistencia como la velocidad.

Esta es mi visión al respecto sobre este tema.


Obviamente este artículo va orientado al futbol base. Cualquier portero llegado a nivel profesional, como es lógico, será poseedor de todo lo mencionado anteriormente, incluso de otras más.

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